QUE ES EL TAROT?
El Tarot es un sistema simbólico
que costa de 78 cartas: 22 Arcanos Mayores
y 56 Arcanos Menores.
Se trata de la cadena ininterrumpida de transmisión
de sabiduría ancestral transferida de maestro a discípulo,
primero de manera oral, luego escrita.
Así nos ha llegado como portador de los misterios de Dios,
de la vida humana y del cosmos.
Fundamentalmente fue concebido,
en escuelas iniciáticas, como un método para transmitir
el conocimiento de la relación del hombre con Dios
y con el universo. Pero, dado que interpreta las leyes que rigen dicha relación,
ha sido empleado por cientos de años para conocer pasado, presente
y futuro, siendo éste un uso posterior.
Los 22 Arcanos Mayores representan principios universales,
estados de evolución, situaciones características
de la existencia humana a lo largo de toda su evolución.
Esto incluye, tanto los valores más elevados del hombre,
como los aspectos más sombríos de la personalidad.
Presentan personajes y claves como
La Emperatriz, El Emperador, La Muerte, La torre, El Diablo, La Luna, El Sol, etc.
Los 56 Arcanos Menores se relacionan con los acontecimientos del día a día,
aspectos más puntuales de la vida.
Ellos son las cartas de bastos, oros, espadas y copas.
Incluyen las 40 cartas popularizadas en la baraja española,
más 8,9 y 10 d cada serie y las cuatro reinas (un total de 16 cartas más).
En este nivel de nuestro trabajo no vamos a profundizar
en los Arcanos menores, pero sí es posible desarrollar un estudio de estos arcanos más adelante.
A todas estas, quizá te preguntarás que significa la palabra "Arcano"...
Es del sánscrito, sinónimo de secreto, recóndito.
Y es que cada carta el Tarot representa una verdad secreta,
oculta en la imagen, sugerida por los símbolos.
Origen del Tarot
No hay pruebas concluyentes acerca del origen del Tarot.
Muchos investigadores proclaman su origen egipcio y
aseguran que es vestigio del Libro de Thot, (dios egipcio de la magia,
las ciencias y la matemática, conocedor del pasado, presente y futuro).
Esta teoría ha sido muy difundida,
pero los Tarots Egipcios que conocemos no son ilustraciones antiguas,
muchos creen, sino creaciones de autores modernos.
Emilio Salas le asigna al Tarot una relación directa con la cábala.
En El Gran Libro del Tarot (Robin Boock, Barcelona, 1992)
destaca el término hebreo "nabi" (en español "profecía"),
del cual se deriva la palabra naipe. Por su parte, Paul Foster Case,
ocultista e investigador cuyo Tarot es empleado por la escuela hermética B.O.T.A.
(Builders of the Aditum), indica que sobre el año 1200 d. C.,
tras la destrucción de Alejandría, adeptos ocultistas de todo el mundo
(sabios, astrólogos, místicos) se reunieron en la ciudad de Fez, Marruecos.
Debido a la barrera del idioma, adoptaron un sistema basado
en ideas primordiales comunes a judíos, cirios, tibetanos e indios,
que representaron en claves pictográficas.
Estas claves fueron conocidas como "arcanos" (secretos), dando origen al Tarot.
La primera referencia escrita acerca del Tarot en Europa,
es un manuscrito sienés (Trattato de governo della familia di Pipozzo)
de 1299, donde se menciona la existencia de los "naibis",
y recomienda a los caballeros abstenerse de jugar a las cartas.
No se ha encontrado ningún documento anterior
como prueba científica de la existencia del Tarot.
Lo que sí es un acuerdo común es que
el Tarot proviene de maestros espirituales que "guardaron"
en las imágenes simbólicas sus conocimientos herméticos.
En las escuelas esotéricas y herméticas de occidente, las "claves" del Tarot
han servido como vías de autoconocimiento y ascenso espiritual,
ya sea a través de la meditación en ellas o mediante
el estudio de sus mensajes y relaciones.
Gareth Knight, un estudioso del Tarot,
en el portal del Círculo Dorado afirma:
"La tradición de los misterios occidentales
toma sus fuentes principales de la sabiduría de las culturas
que se asentaron alrededor del Mediterráneo, Europa y medio Oriente.
De esta manera obtenemos una fusión
de las tradiciones Egipcia, Griega, Celta, Nórdica, Musulmana, Judía y Cristiana".
Cada una de éstas es en sí misma un camino hacia el autoconocimiento.
Posteriormente, en Egipto, se usaban esferas de metal pulido,
y ya con el paso del tiempo, se empezaron a utilizarse las bolas de cristal.
El filósofo Aristóteles, el conquistador Alejandro Magno
o el consejero de Isabel I de Inglaterra, John Dee,
fueron algunas de las personas que usaron
el arte adivinatorio de la cromniomancia, que ha ido cayendo
en desuso ante la aparición de nuevos métodos.
Pero, ¿cómo actúa la cromniomancia?
A través de la observación de la bola, colocada sobre un paño negro,
el vidente capta colores, movimientos y figuras dentro del cristal de la misma.
La habitación donde se practique la videncia debe
estar muy poco iluminada, en todo caso con la luz de una vela,
y el vidente puede realizar unas pasadas sobre la bola para magnetizarla.
Puede pasar algún tiempo hasta que las primeras imágenes aparezcan.
Mediante una fuerte concentración, una vez manifestados
dentro de la bola, el vidente los interpretará como hechos del pasado,
del presente o del futuro.
Cada forma o color que el vidente observa debe tomarse con un significado único y específico.
Si por ejemplo se ven movimientos que denotan ascenso dentro de la bola,
eso será augurio de buenos presagios.
Si por el contrario los movimientos son de tipo descendente,
los vaticinios no serán demasiado favorables para la persona que hace la consulta.
Las nubes rojas, amarillentas o naranjas significan melancolía o tristeza,
y las azules y verdes, alegría.
Las negras son símbolos de malos tiempos,
mientras que las blancas suponen una buena señal.
Se trata de un método del que depende bastante la capacidad del vidente
y de su sensibilidad, que ha de ser muy grande para captar
todos los matices de las formas,
figuras y colores que ante él pueden presentarse dentro de la bola.
Es un método en el que el vidente lo debe ser realmente,
ya que la bola de cristal es sólo un medio: en ella no ocurre nada.
A través de ella es como se ven las figuras y se interpretan.
|